Las ballenas pueden morir de sed. Resulta que consiguen agua de los alimentos que digieren, y es cada vez más difícil para ellos para encontrarlo. Lo mismo sucede con nosotros: a menudo sentimos una necesidad de aire, aunque estamos constantemente respirando. Ahogados en una sociedad que en su mayoría no entendemos, somos como esas ballenas que tragan agua y nunca satisfacen su sed.
De la misma manera corremos el riesgo de que, como sucedió con el capitán Ahab, esta sed se convierta en nuestro objetivo. Como dijo Nietzsche: «Quien lucha con los monstruos debe tener cuidado de no convertirse en uno de ellos» y cada día más y más preferimos escapar de esta realidad y luchar contra ella desde otro lugar, protegidos para salvarnos a no convertirnos en monstruos, A la parte posterior de la gran ballena. Sumérgete con ella. Intentalo. Después de unos minutos sin respirar, no escucharás los latidos silenciosos debido a tu dura
demanda de oxígeno, y como si todas las espinas que quedaron atrapadas en nuestras almas nos hicieran más anfibios, practicaríamos el arte de ahogarnos sin tragar Agua o que es lo mismo … la sed de la ballena: doce canciones que son las doce pesas que me ayudan a mantenerme inmerso y vivo al mismo tiempo … Como Kafka, que escribió en su diario el primer día del mundo La guerra explotó «Hoy Alemania ha declarado la guerra a Rusia, y por la tarde fui a nadar».
… Y desde dentro del traje de buceo (para que no sienta las bombas tampoco) se hace eco de la voz del abuelo, quebrada como una ola que se derrite en la orilla y rueda suavemente todos los pequeños guijarros y conchas: La set de la balena ensombra el cor de cendres / El conjunto de casas y dones nomos s’apaivaga amb joia./ Però estem perdent el temps constantment …
… y la abuela que se convierte en un pájaro justo antes de estrellarse contra el suelo.
A ambos, que han sido mi inspiración una vez más.
Texto: Xavi Alías
Escucha el álbum en spotify